Una de las prescripciones que he indicado los últimos años ha sido “sal de casa, es una fantástica ayuda”.
Cuando estamos con mucha tensión, salir de casa y dar una vuelta a la manzana ayuda.
Cuando queremos hacer algo de ejercicio, aunque no nos guste el deporte, ponernos unas zapatillas y empezar a andar es un buen comienzo.
Cuando tenemos sensación de hambre, pero hace una hora que hemos comido y por lo tanto hambre no puede ser, salir de casa a mirar las calles, ayuda.
Salir de casa favorece la regulación de nuestro estado de ánimo en muchas ocasiones. Pero ahora…en esta situación única para todos de confinamiento…
¿Qué puede suceder durante estas semanas de confinamiento? ¿Se puede sufrir una recaída?
Me dirijo a muchas personas que han confiado en mí para saber cómo lograr comer con tranquilidad. Para abandonar el miedo a engordar, dejar atrás los atracones y el comer a escondidas. Estos últimos años la demanda que me ha llegado está alrededor del comer compulsivo, del comer por ansiedad, de los trastornos de alimentación.
Estoy hablando de LA RELACÍON CON LA COMIDA. ¿Cómo construir una relación tranquila con la comida? El problema no está solo en uno mismo ni en los alimentos. Lo conflictivo es: la relación.
Cuando me plantean problemáticas psicológicas la gente espera pautas, respuestas, soluciones. Lo entiendo. Sin embargo, el cambio psicológico llega con la experiencia. Además, este cambio no cesa nunca. A medida que vamos vivenciando novedades vamos creciendo y modificando perspectivas. Eso es crecer, enriquecernos, madurar. Y, me gusta decir, no dejamos de madurar hasta que nos caemos del árbol.
En esta línea no puedo reducir el tratamiento a pautas, no sería real sino superficial. Sin embargo, son útiles muchas de ellas para el despegue. De la misma manera que recomendamos a un niño que apunte las cosas pendientes de hacer (y así se irá haciendo responsable) podemos ir considerando pautas o herramientas para ir adquiriendo una nueva forma de relacionarnos con la comida.
Ahora no podemos llevar a cabo la recomendación de “salir de casa”. Y, además, el reverso es quedarnos ante todo lo que antecede al atracón: la despensa, el aburrimiento, la soledad, la frustración, más tiempo libre, comidas con niños, comidas desordenadas, cocinar para muchos, no sentarnos y comer de pie, y un largo etcétera de riesgos.
Sigue tu reloj, las horas. Cada dos horas y media o tres puedes tomar algo con medida. Al final completarás tus 5 comidas al día. 8:00-11:00-14:00-18:00-21:00 aproximadamente.
Elige alimentos saludables. Recuerda que vivimos en un momento exigente en nuestras casas. Puedes simplificar: Verduras y proteínas en las comidas y cenas. Frutas, lácteos y bebidas sin azúcar entre comidas. No me detengo en esta parte pues tenemos grandes nutricionistas que lo detallan mejor. Solo quiero enfatizar que busquemos alimentos sencillos, alcanzables. Como cualquier objetivo durante estos días: sencillo y alcanzable.
Recuerda, si eres vulnerable en este sentido e identificas una relación tensa con la comida, priorízala. Si has bajado kilos recientemente y no quieres recuperarlos por esta pandemia, cuídalo.
Organiza tus 15-20 minutos para cada comida. El objetivo es comer tranquil@ con medida. De la misma manera que no cuestionamos «el lavado de dientes» básico, sencillo y rutinario, no cuestiones esto: los cuidados básicos. La alimentación está entre estos, una alimentación sencilla, rutinaria, un medio para estar saciados. A diario no es un fin en si mismo.
Evidentemente el objetivo es personal, no quiero decir que en este momento “haya que adelgazar”. Quiero decir que para los que se vean reflejados, les animo a que estando en casa construyan un espacio de autocuidado. Es muy común como decía que la casa y la soledad o la frustración sean la antesala de los atracones. En este momento es probable que sintamos soledad, frustración, incertidumbre. Es fácil que pretendamos buscar la sensación de control o de alivio a través de la comida, y esto es a lo que me refiero: a la relación con la comida. Es probable que nos digamos “con lo que estamos viviendo, al menos un homenaje con …”
Cuando no nos encontrábamos en estado de alerta los motivos que escuchaba como justificaciones al comer desmedido eran “con tantas comidas de empresa es complicado comer bien, sin tiempo por el trabajo es complicado…Con las celebraciones y fines de semana es difícil…”
¿Es el contexto o uno mismo?
No dudo que si estoy mal afectivamente tengo más dificultad en hacer las cosas con medida y equilibrio. Veamos entonces ese “estar mal”. ¿Lo alivio con gritos? ¿Con patadas? ¿Lanzando un mando de la tv? ¿Mal comiendo? “Mal comer” es una conducta en este sentido, FEA, sobre todo si la repetimos a diario, como los ejemplos que menciono.
Si te ves reflejad@ en este perfil que describo, márcate metas alcanzables: una de ellas, haz comidas rutinarias como un antibiótico 5 veces al día. Evidentemente hay más variables o «truquitos» que te pueden ayudar y que se trabajan en grupos de apoyo, en terapia, más ejercicio, recetas saludables, y un largo etcétera. Escribiendo esto solo quiero recordar que en este cambio psicosocial favorecido por el Covid-19 intentemos algo que sí esté a nuestro alcance. No pretendo que esto de la «solución», sino que sea una semilla para ir desarrollando pequeños cambios, estos nos darán nuevas vivencias con nuevas sensaciones, nuevas miradas y una perspectiva tranquila ante los cambios. Porque comer con compulsividad se da cuando tenemos mucha tensión interior sin saber elaborar.
El objetivo mayor es que tu casa sea un lugar donde puedas estar ante la comida sin tensión y lo extrapolarás. Aprovecha este confinamiento para construir esta riqueza que está en ti, este valor que tienes pero que aún no has desarrollado. Solemos ver causas y justificaciones para “mal comer”. Creo que si vemos que la causa para construir una buena forma de comer está en UNO MISMO podremos desarrollar un perfil individual equilibrado beneficioso para con los demás.
Las fortalezas han de estar dentro de cada uno, no podemos ser vulnerables y depender del contexto. Esto sucede en las personalidades dependientes.