Esta es una pregunta que me hacen con mucha frecuencia. ¿A mi?¿siendo psicóloga? ¿Tema de adelgazar?
Me hacen esta pregunta nutricionistas, entrenadores de ejercicio físico, farmacéuticos, personas interesadas en perder peso, madres inquietas por la forma de comer de sus hijos…Mi respuestas es parecida a la que doy a muchas preguntas de carácter psicológico: “En función del caso es necesario o no”.
¿Grupos para adelgazar?
Cada caso tiene su particularidad. No es igual si mi paciente es una madre que ha cogido 25 kilos en un embarazo. O una señora que lleva “a régimen” desde los 11 años pero sin preocupación por ello, frente a otra que sí está cansada porque lleva años con el deseo frustrado de querer adelgazar. Puede ser una paciente que ha subido kilos por atracones en 3 meses u otro caso de un señor que ha ido subiendo 1 kilo al mes durante el último año y ahora está con 14 kilos de más, con dolor de rodillas y dificultad respiratoria. No son iguales dos casos con sobrepeso, uno de ellos es una persona que ha hecho ejercicio durante su juventud frente a otro que está acostumbrado al sedentarismo.
Podría seguir poniendo ejemplos, todos reales, que argumentan si hace falta o no un grupo para adelgazar.
Los grupos ayudan a afrontar la dificultad que conlleva la pérdida de peso. Una persona se marca un objetivo costoso y el hecho de sentirse y verse acompañado -labor que hace el grupo- ayuda. Cuando la meta que se marca una persona requiere de un esfuerzo constante, un esfuerzo sostenido en el tiempo, un esfuerzo con el contexto en contra en muchos momentos, un esfuerzo con muchas complejidades detrás, el grupo facilita. No nos exijamos poder lograr algo grande sin ayuda. La realidad es que solo reconociendo nuestros límites podemos superarlos. Reconocer que «solo» uno no puede lograr algo no es más que un gesto de humanidad. La gente sin embargo lo relaciona con debilidad o fracaso. ¡Alejémonos de esta visión tan exigente e irreal!
En el grupo, siempre que esté dirigido por un profesional, uno aprende nuevas formas de entender una crisis personal, el proceso psicológico que subyace a un cambio, en este caso, el cambio en cuanto a la concepción de la comida. Cada uno desarrollamos una manera de percibir nuestro alrededor. Mientras nos desarrollamos a nivel intelectual vamos definiendo perspectivas sobre cómo enfocar la vida. Cada uno cree que la suya es la adecuada, si no, no la tendría. Sin embargo, es hora de que empecemos a creer que no hay una única forma de hacer las cosas. En el grupo uno se encuentra con personas que aportan su experiencia. Tener apertura es la vía para poder ir desarrollando nuevos recursos útiles para afrontar situaciones complejas.
He hablado de tres variables intrínsecas al proceso de adelgazar o mejor dicho al aprendizaje de “no engordar”: dificultad, cambio, apertura. Si crees que te tienes que enfrentar a alguna de ellas, el grupo es facilitador.http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/clinicacontemporanea/cc2014v5n1a4.pdf
El mayor factor de peso para bajar de peso, valga la redundancia, y para valorar si el grupo es necesario o no, es la personalidad del interesado. Como decía al principio, la biografía del paciente o cliente es determinante. He visto casos que no han necesitado el apoyo del grupo y otros que sí, coincidiendo con su perfil de personalidad y por lo tanto con su biografía.
Desde las experiencias vividas las personas vamos desarrollando con los años unas creencias, unas expectativas, unos esquemas cognitivos, que son la base de nuestras decisiones, comportamiento, habilidades y debilidades. Como bien sabemos, cada uno somos como somos gracias “al otro”, en relación con los demás. Es aquí donde adquiere importancia el grupo, convirtiéndose en un espacio nuevo donde se pueden desmontar defensas, desarrollar nuevas estrategias relacionales y por lo tanto, una nueva forma de relacionarse, en este caso, con la comida y con todo lo que la rodea, que es mucho.
Si te encuentras con el mismo problema una y otra vez será que estás cerrado a una misma estrategia no funcional. Busca un cambio.
Si no crees que tengas un problema pero otros te dicen lo contrario, abre tu mirada, igual por miedo, inseguridad, comodidad, no te estás dando cuenta. Por consultar no pierdes nada.
Si prefieres no cambiar porque estás bien, a pesar de los daños colaterales, plantéate lo siguiente: te estás exponiendo ante un riesgo innecesario: entrar en un bucle que cada vez se hace más grande: estar en una espiral viciosa y no virtuosa.
Algo seguro: adelgazar por enésima vez y querer que sea la última, no es solamente un ejercicio de comer menos, es el aprendizaje de comer y no engordar. Como todo aprendizaje, requiere de práctica, y en el grupo es lo que se hace: se practica.